FASCITIS PLANTAR

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FASCITIS PLANTAR

Correr es tu pasión, pero te duele mucho la planta del pie, sobre todo debajo del talón?. Si bien te levantas a la mañana, luego de estar un buen rato de pie, al subir las escaleras o después de la actividad, el dolor retorna. Lo que puedes estar padeciendo es una fascitis plantar.

La fascitis plantar es la inflamación de la fascia plantar: una banda gruesa de tejido que se extiende desde el talón hasta donde comienzan los dedos. Esta banda tensa la base del pie, manteniendo la curvatura plantar y amortiguando el impacto del desplazamiento.
Esto no sucede a causa de un traumatismo, sino más bien de microtraumatismos por la repetición de la actividad física con un calzado inadecuado, malas posturas o excesiva carga en esta zona, lo que sucede, por ejemplo, cuando se corre cuesta abajo.

Las evidencias de la lesión son la hinchazón y el enrojecimiento del área, y una anormal sensibilidad a la presión del talón. Como siempre, se aconseja consultar a un profesional, quien también podrá tomar radiografías o ecografías para descartar otro tipo de lesión.

Cómo se trata?
Una vez que aparece la fascitis plantar, hay tres cosas que puedes hacer para lidiar con la misma:
1. Descanso. Como ante cualquier lesión, el cese temporal de las actividades deportivas colabora con la pronta recuperación.
2. Hielo. Ante el dolor, algunos cubitos de hielo envueltos en un paño y colocados sobre la zona durante 20 minutos son el mejor remedio casero que tienen los deportistas.
3. Antiinflamatorios. Analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol ayudan a calmar el dolor y a reducir la inflamación de la zona afectada. Si el dolor es intenso, es posible que el médico recete corticoesteroides.

Cómo evitarla?
Para evitar que la fascitis plantar aparezca (o vuelva a aparecer) deberías:
1. Usar un calzado apropiado, o sea, aquel que te sujete bien el pie y que sea de tu talla. En caso de que lo tengas, pregúntate si no es hora de reemplazar tus zapatillas de entrenamiento o de invertir en un calzado inteligente para evitar lesiones.
2. Ejercitar los músculos de pies y pantorrillas. Un ejercicio recomendado es colocar una pequeña toalla en el suelo, poner un pie sobre ella y, utilizando solamente los dedos del pie, acercarla hacia ti. Luego, mantener la posición y llevarla despacio nuevamente a la postura inicial. Otro ejercicio es ponerse en punta de pies y elevarse lo máximo posible, para luego volver lentamente. En ambos casos, tres series de diez repeticiones son suficientes.
3. Estirar antes y después de ejercitarse. El correcto calentamiento muscular previo y la relajación posterior contribuyen a evitar lesiones y calambres.

JULIO CÉSAR ESCOBAR F., MD.

CIRUJANO PLÁSTICO & RECONSTRUCTIVO.

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