Independientemente de la edad, muchas personas presentan flacidez de la piel y de los músculos del cuello, que generan un aspecto poco juvenil. Otras, presentan un marcado depósito de grasa en la papada. Ambas situaciones pueden coexistir y siempre tienen una solución quirúrgica exitosa.
Esta cirugía puede realizarse independiente o combinada con otras cirugías de la cara.