HÁBITOS DE VIDA SANA:
Una vida sana se consigue manteniendo unos hábitos saludables. El problema es que, a menudo, nos decimos que no tenemos tiempo, que a mi no me hace falta, que es difícil compaginar el día a día con todo esto,… Excusas. No desear la calidad de vida es tontería, o es mentira. Y una vida de calidad es una vida sana.
La alimentación es uno de los pilares para gozar de buena salud. Es fácil, agradable y hasta barato seguir la dieta mediterránea, en la que predominan frutas, verduras y otros alimentos que nos aportan antioxidantes para mantenernos jóvenes. Debe ser una dieta baja en grasas, pero sin eliminarlas, ya que son necesarias para la protección de las células. Hace unos días ya te hablé de las grasas en la nutrición humana.
Siempre recomiendo a mis pacientes realizar las cinco comidas al día: desayuno una hora después de levantarse, tentempié a media mañana, almuerzo al mediodía, merienda a media tarde y cena ligera por la noche. Además, hay que beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
PILAS!:
Es importante masticar los alimentos lentamente, saboreándolos bien para facilitar la digestión y así evitar la formación de los radicales libres que nos oxidan. De esta forma, lo que comemos nos sacia más y nuestras células se envejecen menos.
Debemos evitar las dietas hipocalóricas, por debajo de las 1200 Kcal., a no ser que lo recomiende un médico. El peso ideal es el que se mantiene constante y equilibrado en relación al índice de masa corporal. Este índice, abreviado IMC, se calcula dividiendo el peso en kilos por la talla, en metros, elevada al cuadrado. Si el valor está entre 20 y 25, tenemos un peso óptimo, entre 25 y 30, sobrepeso, y a partir de 30, obesidad en sus diferentes grados.
Para una vida sana es imprescindible realizar ejercicio físico moderado entre 60 y 120 minutos al día, para que no disminuya la capacidad funcional de los órganos, mejore el sistema cardio-circulatorio, se oxigenen todas tus células y el cerebro amplíe y dinamice sus funciones!.
El descanso y la relajación son vitales para la regeneración del organismo. Hay que aprender a relajarse y a controlar el estrés. Con el descanso, el aspecto físico y mental mejoran. Mientras se duerme, la circulación fluye sin problemas y los músculos descansan. Hay que dormir bien (8 horas diarias) para estar más joven.
En circunstancias óptimas, el ejercicio físico aumenta el nivel sanguíneo de las hormonas de la felicidad, las ENDORFINAS, producidas por tu cuerpo (primas hermanas de la morfina), llenando de beneficios el organismo y haciéndonos sentir chévere!. En cambio, la falta del hábito del deporte, genera fácilmente un estado de ánimo cargado de ansiedad, que nos hace perder el sentido del humor y no va a ser nada favorable.
Sentirse bien ayuda a mantenerse joven. Reír y ser feliz prolonga la vida con calidad!.
JULIO CÉSAR ESCOBAR F., MD.
CIRUJANO PLÁSTICO & RECONSTRUCTIVO.
www.doctorescobar.com
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