Sabemos que la obesidad es una enfermedad que afecta a muchas personas de todo el mundo, no respeta sexo, edad ni clase social. Esta enfermedad, en términos generales, se debe a la acumulación de grasa corporal como resultado del consumo excesivo de calorías, mucho más de las que realmente necesitamos y gastamos. Dentro de las complicaciones que esta enfermedad trae, se encuentran problemas metabólicos así como también problemas a nivel social.
Es además una enfermedad crónica, persiste en el tiempo, pues no es fácil perder esos kilos de un día a otro.
Un grupo de científicos de la Universidad de Jiaotog, en Shanghai, realizaron investigaciones, las cuales identificaron una bacteria cuya presencia en los intestinos puede causar obesidad.
El grupo de investigadores inoculó a ratones, por un periodo de diez semanas, una bacteria humana llamada enterobacteria, que fue hallada en el intestino de una persona con obesidad mórbida; los animalitos terminaron ganando peso. Es importante mencionar que los ratones normalmente resisten la obesidad, inclusive cuando la dieta que se les da es alta en calorías. Los resultados del estudio demostraron que la bacteria podía contribuir al desarrollo de la obesidad en los humanos; esto según el artículo publicado en la revista Society for Microbial Ecology.
Al parecer, este tipo de bacteria tiene la característica de manejar los nutrientes para obtener más o menos energía. Otro importante descubrimiento del estudio es que los factores socio ambientales juegan un papel primordial en la composición de la flora intestinal, lo cual aumenta o disminuye la posibilidad de ser candidatos a padecer obesidad.
Asimismo, el informe del estudio menciona que se descubrió que el llevar una dieta con base en alimentos probióticos, cereales y ciertos alimentos medicinales chinos tradicionales, redujo la bacteria hasta un nivel “indetectable”.
En tanto, se sabe que en el tracto intestinal habitan dos grupos de bacterias dominantes que son beneficiosas para la salud: bacteroidetes y firmicutes; éstas ayudan a que el organismo digiera bien los alimentos. Bajo este principio, un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Washington, en Saint Louis, Estados Unidos, observó que las personas obesas presentan una menor cantidad de bacteroidetes (5%), en comparación con las personas delgadas (20%).
La proporción puede cambiar cuando a las personas obesas se les somete a una dieta; para los expertos, esto da pie a afirmar que “la obesidad tiene un componente microbiano, lo que podría tener potenciales implicaciones terapéuticas”. Los científicos comentan que por lo tanto, al aplicar un tratamiento contra la obesidad, la manipulación de la composición bacteriana del intestino podría ser de gran utilidad para obtener los resultados deseados. Es posible entonces, que las bacterias del intestino jueguen un papel tan importante al tratar de regular el peso, como lo juegan el sedentarismo y el abuso en el consumo de las calorías.
Quizá esta podría ser la solución al gran problema de obesidad que existe en la actualidad a nivel mundial, pues según datos recientes de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial; cada año mueren un mínimo de 2,6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
Cuida tu alimentación y tu salud día a día.
¡Recuerda… tú generas el cambio!
JULIO CÉSAR ESCOBAR F., MD.
CIRUJANO PLÁSTICO & RECONSTRUCTIVO.
SCCP, ACCPRE, FILACP, IPRAS.
